A petición de varios de nuestros lectores, en esta
publicación se explicará la ruta que un ciudadano debe seguir, si considera que
fue víctima de un abuso o de un mal procedimiento por parte de un miembro
activo de la Policía Nacional de Colombia.
Lo común es que los ciudadanos que sufren los
atropellos, expresen verbalmente su inconformidad e insatisfacción solo en el
lugar donde ocurren los hechos; o en la respectiva estación, subestación o CAI
de Policía cuando son conducidos allí; lo que de nada sirve si lo que se
pretende es hacer justicia pues las palabras se las lleva el viento.
Por fortuna, gracias a la tecnología muchos abusos y
arbitrariedades por parte de los agentes de policía; han sido denunciados,
publicados y divulgados por el internet, así como en las redes sociales; cuya
presión social y la probabilidad de verdad en su comisión, han generado que las
autoridades competentes inicien de oficio las respectivas investigaciones
disciplinarias para sancionar los hechos.
Los ciudadanos deben saber que los miembros activos de
la policía nacional si tienen control; y vaya control. El que tiene sustento
jurídico en el artículo 6 de la Constitución Política de 1991, según el cual,
nosotros los particulares sólo somos responsables ante las autoridades por
infringir la Constitución y las leyes, en cambio, los servidores públicos como
los miembros de la Policía Nacional:
(...) lo son por la misma causa y
por omisión o extralimitación en el ejercicio de sus funciones.
Así que, si usted considera que ha sido víctima de una
arbitrariedad, de un abuso o de un mal procedimiento; no se ponga alegar, no se
desgaste. Tome su dispositivo móvil o vaya a su computador personal a consultar
la Ley 1015 de 2006 por medio de la cual se expide el Régimen Disciplinario
para la Policía Nacional de Colombia y siga lo siguientes pasos:
Paso 1.
Verifique si la conducta irregular cometida por el
funcionario de policía está tipificada como una de las faltas gravísimas,
graves o leves que están descritas en los artículos 34, 35 y 36 de dicha Ley.
Paso 2.
Si la conducta o conductas desplegadas por el policial
se adecuan a una o varias de las faltas, y cuenta usted además con suficientes
elementos probatorios. Lo que sigue entonces es saber ante que autoridad va a
formular la respectiva queja disciplinaria.Para ello se debe identificar el
grado o el escalafón del policial, pues este determina la autoridad competente
que le ejerce la potestad disciplinaria. De suerte que, desde hace un par de
años para acá, se impartió en la institución la directriz de que en camisa del
uniforme se debe portar escrito el grado, el nombre y apellido del funcionario
de policía.
Cabe recordar entonces los grados de los miembros de
la Policía Nacional, los que discriminaré en los siguientes grupos:
a).
Oficiales superiores: Mayor, Teniente Coronel y Coronel.
b).
Oficiales subalternos: Subteniente, Teniente y Capitán.
c).
Suboficiales: Cabo 2do., Cabo 1ro., Sargento 2do., Sargento Viceprimero,
Sargento Primero y Sargento Mayor.
d).
Nivel ejecutivo: Patrullero, subintendente, Intendente, Intendente Jefe,
Subcomisario y Comisario.
e).
Agentes, Auxiliares de Policía, y Estudiantes de las Seccionales de Formación
de la Policía Nacional.
De la lectura del artículo 54 de la Ley 1015 de 2006,
las autoridades quienes los investigan y sancionan son: Respecto del primer
grupo, el Inspector General de la Policía Nacional con sede en Bogotá D.C. Respecto
del segundo grupo, los Inspectores Delegados por la Dirección General de la
Policía Nacional y respecto del tercer grupo, los jefes de oficinas de control
disciplinario de policías metropolitanas y departamentos de policía.
Un ejemplo para Norte de Santander sería el siguiente:
si el impase le ocurrió con un agente o patrullero asignado a una estación o
subestación de policía de la cabecera de un municipio como por ejemplo San Calixto;
la queja disciplinaria deberá radicarse ante el jefe de la oficina de control
disciplinario del Departamento de Policía, ubicado en la ciudad de Cúcuta
diagonal al Centro Comercial Unicentro.
Si por el contrario le ocurrió con un agente o
patrullero asignado a las estaciones, subestaciones o CAI de policía ubicados
en los barrios de la ciudad de Cúcuta, o de los municipios o corregimientos que
integran su Área Metropolitana; la queja disciplinaria deberá radicarse ante el
jefe de la oficina de control disciplinario de la Policía Metropolitana, que en
la ciudad de Cúcuta queda ubicada en San Mateo.
Ahora bien, si la conducta la cometió un subteniente,
teniente o capitán. Como quiera que a ellos los investigan los Inspectores Delegados
por la Dirección General de la Policía Nacional y en ocasiones es difícil
ubicar donde ejercen esas funciones. Mi consejo es que radiquen la queja ante
los mismos jefes de oficinas de control disciplinario de policías metropolitanas
y departamentos de policía, para que conozcan de la queja a prevención y luego
la remitan al funcionario competente. Lo anterior por disposición del artículo
52 de la Ley 1015 de 2006 según el cual:
Cuando el funcionario con atribuciones disciplinarias
del lugar donde se cometió la falta no sea competente por la calidad del sujeto
disciplinable, iniciará la investigación correspondiente, informará
inmediatamente a quien tenga la atribución y remitirá las diligencias
practicadas dentro de los treinta (30) días siguientes a la fecha de los
hechos.
Paso 3.
Lo que sigue es elaborar la queja, que no es otra cosa
distinta a un derecho de petición, pues toda actuación que inicie cualquier
persona ante las autoridades implica el ejercicio del derecho de petición
consagrado en el artículo 23 de la Constitución Política (Art. 13 Ley
1437/2011). Así mismo, porque que constituye una de las formas de iniciar las
actuaciones administrativas (Art. 4 Ley 1437/2011) y porque mediante él, entre
otras actuaciones, se pueden formular quejas (Art. 13 Ley 1437/2011).
El procedimiento aplicable al personal uniformado de
la Policía Nacional para establecer las sanciones, es el contemplado en el
Código Disciplinario Único contenido en la Ley 734 de 2002 o normas que lo
modifiquen o adicionen. (Art. 58 Ley 1015/2006). El artículo 69 de ese Código
claramente establece que tal procedimiento se activa de oficio, o por
información proveniente de servidor público o de otro medio que amerite
credibilidad, o por queja formulada
por cualquier persona.
Que, si el afectado por la conducta irregular del
policial teme accionarlo disciplinariamente por posibles represalias, podrá
radicar la queja de manera anónima siempre que se cumpla con los requisitos
mínimos consagrados en los artículos 38 de Ley 190 de 1995 y 27 de la Ley 24 de
1992. Esto es, que el escrito anónimo suministre evidencias, datos concretos o
medios de prueba que permitan encausar la investigación.
Los únicos requisitos formales en este procedimiento
es que la actuación disciplinaria se adelante en idioma castellano, y se recoja
por duplicado por el medio más idóneo posible. Las demás formalidades se rigen
por las normas del Código de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso
Administrativo (Art. 96 ley 734 de 2002). Ello significa que la queja, o, mejor
dicho, el derecho de petición en la modalidad de queja por lo menos deberá
contener:
1. La
designación de la autoridad a la que se dirige.
2. Los nombres y apellidos completos del
solicitante y de su representante y o apoderado, si es el caso, con indicación
de su documento de identidad y de la dirección donde recibirá correspondencia.
3. El
objeto de la petición.
4.
Las razones en las que fundamenta su petición.
5. La
relación de los documentos que desee presentar para iniciar el trámite.
6. La
firma del peticionario. (Art. 16 Ley 1437/2011)
Radicada la queja se tendrá entonces que cumplir con
las etapas, términos y demás actuaciones que se señalan en el Código
Disciplinario Único, y que podrán terminar absolviendo o sancionando al
uniformado involucrado. Se preguntará el lector ¿qué imparcialidad podrá haber
si es otro miembro de la Policía Nacional el que investiga y sanciona?
Si radicada la queja el funcionario de policía competente
no le da trámite o retarda injustificadamente las etapas y los términos, hay que
tener en cuenta que, si bien le corresponde la titularidad de la potestad
disciplinaria, esa atribución la ejerce sin perjuicio del poder disciplinario
preferente de la Procuraduría General de la Nación. (Art 1 Ley 1015 de 2006)
Hay que recordar que la Procuraduría General de la
Nación es titular del ejercicio preferente del poder disciplinario en cuyo
desarrollo tiene la facultad de iniciar, proseguir o remitir cualquier
investigación o juzgamiento de competencia de los órganos de control disciplinario
interno de las entidades públicas, incluso asumir el proceso en segunda
instancia.
De oficio o a petición de cualquier persona la
Procuraduría General de la Nación, mediante decisión motivada, podrá avocar el
conocimiento de aquellos asuntos que se tramitan internamente en las demás
dependencias del control disciplinario, lo que comúnmente sucede cuando se
advierte la violación del debido proceso disciplinario.
Así que, si usted considera que nada ha pasado desde
que radicó su queja, y ha pasado un tiempo prudencial; requiera a la Procuraduría
el ejercicio del poder preferente. Si la Procuraduría accede, el funcionario de
policía tendrá que suspender la investigación disciplinaria y la deberá poner a
disposición de aquella, dejando constancia de ello en el expediente. Una vez
avocado el conocimiento por parte de la Procuraduría, esta agotará el trámite
de la actuación hasta la decisión final.
De todo lo expuesto se concluye que, si usted se
considera víctima de una arbitrariedad por parte de un miembro activo de la Policía
Nacional y cuenta con los suficientes medios probatorios idóneos, contundentes
y pertinentes. Entonces, i) verifique en la Ley si la conducta constituye una
falta disciplinaria; ii) identifique la autoridad que le ejerce la potestad
disciplinaria y iii) formule y radique la respectiva queja.
Comparte este artículo a todos los colombianos…
|