La
jurisprudencia nacional tiene por entendido, que los actores de las conductas
de acoso laboral, al llevar a cabo sus actuaciones de manera permanente sea
pública o privadamente, les subyace como propósito el de humillar y ridiculizar
a la víctima.
Hay
que aclarar, que Ley de Acoso Laboral extiende su ámbito de aplicación tanto en
las relaciones laborales oficiales como las del sector privado, cobijando
únicamente las actuaciones que ocurran en el marco de relaciones de dependencia
o subordinación de carácter laboral. De esta manera, el artículo 1010 de 2006 incluye
como sujetos activos (actores) de las conductas de acoso a:
“La persona
natural que se desempeñe como gerente, jefe, director, supervisor o cualquier
otra posición de dirección y mando en una empresa u organización en la cual
haya relaciones laborales regidas por el Código Sustantivo del Trabajo"
“La persona
natural que se desempeñe como superior jerárquico o tenga la calidad de jefe de
una dependencia estatal”
“La persona
natural que se desempeñe como trabajador o empleado”
Así
mismo, el artículo 6° indica quiénes pueden ser sujetos pasivos (víctimas) de
los comportamientos constitutivos de acoso laboral. Incluye en esta categoría
a:
“Los trabajadores
o empleados vinculados a una relación laboral de trabajo en el sector privado”
“Los servidores
públicos, tanto empleados públicos como trabajadores oficiales y servidores con
régimen especial que se desempeñen en una dependencia pública”
“Los jefes
inmediatos cuando el acoso provenga de sus subalternos”
Por
último, la disposición contempla como partícipes a los siguientes sujetos:
“La persona
natural que como empleador promueva, induzca o favorezca el acoso laboral”
“La persona natural
que omita cumplir los requerimientos o amonestaciones que se profieran por los
Inspectores de Trabajo en los términos de la presente ley”
En
todo caso, los sujetos pasivos que hayan sido hostigados pública o privadamente
y de manera reiterada; están en el deber de acreditar ante las autoridades
competentes la ocurrencia de los hechos que consideran configuradores de acoso
laboral. En tanto que, al acusado de haber desplegado o participado en la
conducta, cuenta en todo momento con la posibilidad de desvirtuar los hechos,
así como las consecuencias deducidas a partir de los mismos en el respectivo
procedimiento.
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